sábado, 24 de abril de 2010














.Jardín Botánico de Atlanta.

.Imposible llevar un diario mientras uno hace como 200 cosas a la vez. Luego de Atlanta fuimos a Nueva York. Durante todo el vuelo arreglé fotos y Raymond jugó Nintendo DS. Cuando aterrizamos, fuimos a comer a un lugar de comida turca en el vecindario de Raymond. En los días que le siguieron a ese, fuimos a...

-Museo de Historia Natural: Caminamos y caminamos y caminamos. Vimos animales disecados, fósiles de dinosaurios y otros animales gigantes; ropa de indios americanos (y vimos dobles de gente que conocemos); al final, yo estaba muerta por estar caminando con unas botas malditas que masacraron mis pies e imposibilitaron la caminata por Central Park.
-Un restaurante de comida de la India, Panna. El techo estaba cubierto de ristras de luces y de muchas otras cosas colgantes que casi llegaban hasta mi cabeza. No me gustó. Pensaba en la escena de Indiana Jones en donde se comen los cerebros de los monos.
-Un restaurante de comida ukraniana que era más como, una especie de fast food. Mientras comíamos, en un salón que quedaba al fondo, muchas parejas bailaban de tango.
-Beacon's Closet: Ahí compré regalos, pero la verdad es que había tanto, tanta ropa, zapatos, trajes, abrigos, carteras, que tuve ADD la mayor parte del tiempo y no compré nada para mí.
-Otra tienda de ropa vintage de la que no recuerdo el nombre, pero que todo costaba menos de $20. Ahí me compré unos zapatos y regalos para Claudia, Anais, Yasiri y Raymond. Otro día regresamos, y Luisda, el conejo, me regaló tres dos camisas.
-Asia Roma: Una amiga de Raymond cumplía años esa noche, y fuimos Raymond, Charlotte y yo. Tan pronto bajé las escaleras y me senté, tres mujeres asiáticas cantaron It's Raining Men en el karaoke.
-Duo: una boutique en donde vendían cosas carísimas pero bonitas. Quiero un bulto que venden ahí y que pude haber comprado, pero la culpa católica no me dejó gastar y salir corriendo con él puesto. Lo voy a comprar.
-Soho. Hacía frío y estaba lloviendo, así que lo odié un poco. Fuimos a un restaurante italiano, Piccola Cusina, en donde había un especial de almuerzos, dos platos por persona a $20. Luego fuimos a Top Shop, donde también me dió ADD y a una tienda que hace esquina, que no logro recordar el nombre, pero en donde compré unos zapatos bonitos con rayitas azules.
-Una barra en St. Marks en un sótano. Estuve la mayor parte del tiempo cansada, con sueño y como zombie mirando las manos de la bartender.
-Chinatown: Estuve sorprendida la mayor parte del tiempo. Estuvimos como tres horas dando vueltas en el frío, buscando regalos y caminando, y yo sentí que estuvimos 20 minutos. Vi tantas cosas. Las calles son sucias, la gente es torpe al caminar; casi todas las tiendas son mercados en donde hay pescado (algunos aún saltando), té y cosas extrañas. En un parque había unos jóvenes practicando cómo mover un dragón de esos gigantes, que tienen muchos colores, y que era como de feria. Encontramos un "templo" budista y decidimos entrar. Por un dólar, cada uno prendió un incienso, y por otro dólar, escogimos un papelito que contenía la fortuna. Al leer lo que decía mi papel, Raymond y yo nos sorprendimos tanto que los dos teníamos los ojos aguaos y deseos de llorar. No pudimos estar más allí porque íbamos a infartar. Caminamos más y encontramos a un viejito que vendía figuritas coloreadas de animalitos hechas de paja. Yo no podía creer lo perfectas que eran todas. Había saltamontes, dragones, patos, lagartijas, etc. Pensamos en que, si algún día llegamos a ser millonarios, vamos a comprarle un espacio a este señor para que venda sus animalitos. Al final mi ropa olía a pescado.
-Little Italy: Llegamos allí porque me negué a comer en un restaurante en Chinatown, luego de pensar en el olor a pescado y las calles sucias. Hacía mucho frío, seguía lloviendo y Raymond y yo estábamos muriéndonos del hambre. En un cruce vimos cuatros restaurantes italianos y entramos al segundo que vimos, que me parece se llama Gennaro. Justo antes de entrar, un mesero se me queda mirando y grita "Bellaaaaaaaaa signoriiiinaaaaaaa", y luego un coro de otros meseros gritaron lo mismo, y yo estaba toda sonrojada y así :) Nos sentaron rápido y llegó el mesero gigante y guapo (yo quería raptarlo), italiano, que nos preguntó de dónde éramos y me dijo "boricuana" (verguenza ajena). El restaurante era un verdadero trajín de mil cosas pasando a la vez. En un momento pensé que era como el microcosmos de Nueva York. Traían agua, se llevaban un plato, y luego la ensalada, y luego el agua, luego "¿quieren vino?", y después el plato principal, gente que se sentaba, gente que se levantaba, meseros corriendo de lado a lado, gente hablando en italiano, el mesero apuesto y galante, etc. Luego se acercó la dueña del restaurante, nos preguntó que si nos estaba gustando la comida y "where are you from?". Ella dijo que Raymond no parecía de acá, pero que yo sí, y que tenía los ojos bonitos. No me comí todo porque estaba guardando espacio para el postre, que nos lo regalaron al final. También compré postales para Adelaida, Geneviève, Hrafnhildur y Fadi.
-Russian and Turkish Baths: Fuimos a que nos dieran masajes (JAJAJAJA!). Por $55 dólares, me reconstruyeron la espalda, las lumbares y el cuello por 30 minutos. Cuando salimos, decidimos que queríamos regresar al lugar todos los días.

.No recuerdo mucho más, y lo que recuerdo son cosas tontas que no vale la pena mencionar. Eventualmente seguiré subiendo las fotos.

2 comentarios:

DiazSam dijo...

Me encanta!!! quiero que vuelvas y me lleves en el bolsillo otra vez.

Mariola Rosario Padró dijo...

que bueno!